El FMI busca alejar los fantasmas de 2008 pero admite que las grietas financieras no paran de crecer
Vicente nieves
"El rápido endurecimiento de la política monetaria después de años de bajos tipos está dejando al descubierto las grietas del sistema financiero". Este es el mensaje que ha lanzado Tobias Adrian, Director de Asuntos Monetarios y Mercados Financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la presentación del último informe de supervisión financiera. El FMI ha intentado marcar distancias con la crisis de 2008, pero la tarea no ha sido sencilla, puesto que las turbulencias actuales también parecen concentrarse en un sector financiero que en los años de tipos bajos incrementaron la toma de riesgos para conseguir algo de rentabilidad. Ahora, la fuerte subida de tipos está sacando a la luz pérdidas no realizadas o latentes (carteras de bonos), generando desajustes en los balances y dejando a la luz las vulnerabilidades del sistema.
Adrian ha admitido que aunque "la supervisión bancaria se fortaleció significativamente después de la crisis financiera de 2008... el sistema financiero mundial está mostrando tensiones considerables a medida que el aumento de los tipos de interés debilita la confianza en algunas instituciones".
Este experto ha explicado en un discurso pronunciado este martes en la presentación del Informe de Estabilidad Financiera Global que las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank en EEUU, y el apoyo del Gobierno de Suiza para que UBS comprase Credit Suisse de Suiza, "han sacudido la confianza del mercado y desencadenado importantes respuestas de emergencia por parte de las autoridades".
La importancia de la confianza
Algunos coletazos de esta mini-crisis también han sacudido a entidades que, a priori, gozan de salud financiera, pero que se han visto vapuleadas en los mercados por la pérdida de confianza. Esta es la mayor amenaza a la que se enfrentan el sistema financiero y la economía en los próximos meses.
El gran riesgo es que la pérdida de confianza se agudice y se propague: "Una pérdida más amplia de la confianza de los inversores o una propagación de las tensiones del sector bancario a las entidades no bancarias podría dar lugar a una liquidación más amplia de las acciones mundiales. Algunos fondos de inversión han experimentado salidas en las últimas semanas. Los mecanismos de respaldo de liquidez y de resolución están menos desarrollados para las entidades no bancarias (el conocido como sector financiero no bancario o NBFIs por sus siglas en inglés)", advierte Adrian.
¿Crisis financiera o solo un susto?
No obstante, el FMI no se atreve a lanzar un vaticinio certero y deja en el aire el desenlace de este amago de crisis bancaria: "La pregunta fundamental es si estos eventos recientes son un presagio de la llegada de más estrés sistémico que pondrá a prueba la resiliencia del sistema financiero global (un canario en la mina de carbón), o simplemente una manifestación aislada de los desafíos de restricciones monetarias y financieras tras más de una década de abundante liquidez".
Con todo, el informe del FMI evidencia que los riesgos para los intermediarios financieros bancarios y no bancarios (también conocida como banca en la sombra) han aumentado a medida que los tipos de interés subían rápidamente para contener la inflación. Históricamente, unos aumentos de tipos tan enérgicos por parte de los bancos centrales han venido seguidos de tensiones que exponen o dejan al aire las fallas en el sistema financiero.
No estamos en 2008
El informe admite que a medida que las condiciones monetarias se endurecen, el riesgo de que se rompa algo en los mercados y la economía es mayor (la otra opción sería no hacer nada y que la inflación se mantuviera descontrolada por mucho más tiempo), sobre todo después de años de tipos de interés muy bajos que han incentivado una creciente toma de riesgos y un mayor endeudamiento por parte de los agentes.
Ahora, las entidades financieras se ven forzadas a pagar más por su financiación (pasivo), mientras que buena parte de su activo (dinero prestado a largo plazo) ofrece un interés limitado. Lo ocurrido con SVB en EEUU y con Credit Suisse en Europa "ha sido un recordatorio de que la financiación puede desaparecer rápidamente en medio de una pérdida generalizada de confianza. Los patrones cambiantes de los depósitos en diferentes instituciones podrían aumentar los costes de financiación para los bancos, lo que podría restringir su capacidad para otorgar crédito a la economía (dañando el crecimiento)", destacan los economistas del FMI.
No obstante, desde el FMI recalcan que la situación no es igual a la de 2008, porque los balances de los bancos son más resistentes, la regulación es mayor y los desequilibrios no parecen tan graves como entonces. En 2008, la vivienda estaba en el epicentro de la crisis tras años de fuertes subidas de precios alimentadas por un crecimiento sin control del crédito hipotecario. Hoy, aunque hay algunos mercados inmobiliarios recalentados, el riesgo no parece generalizado y las posibles correcciones serán, previsiblemente, limitadas.
"Las crisis financieras a menudo han venido precedidas por restricciones monetarias, pero el último episodio de tensión difiere en aspectos importantes de la crisis financiera mundial de 2008, la crisis financiera asiática de 1997 y la crisis de EEUU de la década de 1980. Aunque el estrés actual está directamente en el sistema bancario, la crisis de 2008 se extendió rápidamente desde los bancos a las entidades no bancarias. Además, la crisis de 2008 estuvo desencadenada por las pérdidas crediticias provocadas por la caída del mercado de la vivienda, mientras que la agitación actual se debe en parte a pérdidas no realizadas en carteras de valores seguros (como los bonos soberanos)".
Finalmente, otra diferencia clave está en el marco regulatorio y los colchones de capital de la mayor parte de la banca: "Las reglas de capital y liquidez bancarias y los marcos de gestión de crisis se fortalecieron significativamente después de la crisis financiera mundial, lo que ha ayudado a detener frenar la perdida de confianza y a apuntalar una respuesta política más rápida y mejor coordinada", reza el informe.
No solo con la crisis de 2008, el FMI cree que estas turbulencias presentan unas características propias y que no resultan comparables al 100% con eventos pasados: "Las turbulencias actuales también se diferencian marcadamente de la crisis financiera asiática, cuando los déficits por cuenta corriente (exportaciones menos importaciones) y el fuerte endeudamiento externo expusieron a empresas y bancos a riesgos de tipos de cambio y de financiación", siempre según el FMI.
¿Qué hacer si la estabilidad financiera está en juego?
Pese a las marcadas diferencias, las turbulencias pueden considerarse como una seria amenaza para el sistema financiero, lo que lleva al FMI a realizar algunas recomendaciones a los bancos centrales y reguladores: "Si las tensiones financieras se intensifican significativamente y amenazan la salud del sistema financiero en medio de una alta inflación, pueden surgir ciertas disputas entre el control de la inflación y los objetivos de estabilidad financiera. La comunicación debe ser clara sobre los objetivos y las funciones de política de los bancos centrales, esto será crucial para evitar una incertidumbre innecesaria", asegura el documento.
Los formuladores de políticas deben actuar con rapidez para evitar cualquier evento sistémico que pueda afectar negativamente la confianza del mercado... En caso de que los formuladores de políticas necesiten ajustar la postura de la política monetaria para respaldar la estabilidad financiera, deben comunicar claramente su determinación continua de llevar la inflación de regreso a la meta (el mágico 2% que comparten casi todos los países avanzados) lo antes posible una vez que disminuya el estrés financiero", sentencia el informe.
De este modo, todo hace indicar que el FMI no vería con malos ojos que los bancos centrales suspendieran de forma temporal su lucha contra la inflación (subidas de tipos y reducción del balance) en un intento por evitar una crisis financiera. No obstante, desde el FMI sí piden a los bancos centrales que dejen muy claro que este desvío sería solo temporal y que tras la vuelta a la estabilidad financiera, las medidas para devolver la inflación a su cauce serían más que suficientes.
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